Ejercicio interior
Me quiero a mi mismo.
Soy todo lo que tengo en este mundo.
Mi cuerpo y mi mente.
Sé que soy la única persona que estará conmigo toda mi vida.
Si bien comparto gran parte de ella con mis seres queridos,
personas cercanas a quienes he elegido.
Soy la forma en que el universo toma consciencia de si
mismo.
En mi mano está el poder de crear y destruir.
Levantar enormes edificios o acabar con todo lo que conocemos.
Dar la vida; o la muerte.
Escoger hacer bien o mal al resto de nosotros y a mi mismo.
Soy un ente de energía pura,
canalizada a través de este envase hecho de agua.
Un contenedor condenado, pues todo tiene su fin y su final.
Lo que haga es lo que importa. Lo que consiga lograr.
Tanto los placeres como sufrimientos son necesarios.
El deseo produce sufrimiento si no lo obtenemos,
dicha al alcanzarlo y dolor al perderlo.
Es esa voluntad de acero, la determinación,
la que nos propulsa por el buen camino.
El conformismo nos deja dormidos,
mientras que la curiosidad
nos invita a descubrir nuevos horizontes.
La risa nos recuerda la alegría de estar vivo.
El llanto nos obliga a reconocer la limitación.
El control confirma que somos poderosos.
El caos, es todo lo demás.
Jiang Tseng
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