martes, 14 de febrero de 2012

Muero sin tu amor

Muero sin tu amor

Mejor vuela un ave panza arriba
De lo que yo sin ti viviría
Si de amor tuviera que hacer criba
Solo a ti siempre te mantendría.

Jiang Tseng

Feliz San Valentín

Poema a Rebeca

Poema a Rebeca

Pudiera ser prenda
Mas es gran persona
Su nombre es Rebeca
La reina sin corona.

Seria y calmada
Cual lago en Abril
Toca la llamada
Sentada en su atril

Acudieran mil faunos
A tan bella armonía
Rodeándola de aplausos.

¡Cuán bella diva!
Acercaos raudos
Escuchad la maravilla.

Jiang Tseng

Feliz San Valentín

Mi sol de cada mañana

Mi sol de cada mañana

Eres para mí como la luz solar:
Iluminas mi vida entera,
siento tu partida al acostar
y me duermo aguardando tu vuelta.

Jiang Tseng

Feliz San Valentín

lunes, 6 de febrero de 2012

Amor y trabajo


Amor y trabajo

Ha de gustarme lo que hago, pues he hacerlo igualmente; y si a lo que hago le gusta que sea mi mano la que de forma a su ser, doble ese día habré ganado.

Poner la pasión y el corazón en las tareas hará estas mucho más llevaderas. Nunca agradeceré suficiente el estar vivo trabajando con desgana y hastío: mejor será que ame lo que hago y pertenezca al selecto grupo de quienes encontraron su propósito.
Ese es mi sitio y ello le ha hecho merecerme, es recíproco el sentimiento del trabajador por su trabajo.
Haciéndolo de buena gana, compartiendo la alegría de la jornada con aquellos a quienes a diario vemos hacer a mismísima jugada.

Tomemos cada día como se presenta a sí mismo, solucionando los acertijos, conviviendo en armonía con un objetivo único y común: que el trabajo salga adelante, todos volvamos a nuestras casas para poder volver al día siguiente con energías renovadas.

Somos lo que hacemos, cada tarea se lleva consigo una mínima parte del creador que la llevó a cabo. Una tras otra, gota a gota, nunca nos agota, al poseer un poder infinito que emana de nosotros en todas direcciones, le estamos dando forma. Modelando nuestra fuerza que de otra manera se perdiera, o fuésemos nosotros a los que nos fallara la motivación necesaria para levantarnos por la mañana si ya anda dependiera de la voluntad de hacer bien las cosas.

Tras un lago y duro día se nos esta permitido descansar, dormir plácidamente, pensar en todo lo que ha pasado y lo que quizás traiga el mañana.

Al madrugar, nos despedimos de la cama en pos de que a lo largo del día de trabajo, de atender nuestro cometido, de una u otra manera vayamos paso a paso acercándonos a nuestros deseos personales; no está reñido prestarnos atención a nosotros mismos a la par de hacer lo necesario por derrotar a la pereza, avanzar con ligereza las horas una vez más, entretenidos en nuestro obrar.

Jiang Tseng